30 marzo, 2006

Habían gaviotas en el aire...

bajamos de la cima del cerro por la curva del camino, alli llegamos hasta el viejo castillo, la vez anterior estaba totalmente oscuro, esta vez habian luces encendidas y lo sabiamos.

En el techo un gato nos gritaba amistosamente, la ventana estaba abierta, el olor a viejo y humedo era penetrante y envolvente, era una especie de zaguan con una escalera hacia los pisos inferiores, que suponemos habitados.

La luz era tenue, en la pared del fondo colgaban arneses de perro, un reloj con forma de buho sin manecillas, dos espejos y una antigua foto de una joven pareja vestidos de novios.

Nos acercamos más, casi al pie de la ventana habia una planta, frente a ella una pequeña mesa con un trozo de hule por mantel, sobre ella y puestas de tal manera que las pudiese ver quien se asomase, habían fotos en blanco y negro: parejas, niños, jovencitas, señores solos y familias, no sé si todas estarían relacionadas entre sí o solo las habían reunido para que yo, esa noche, las viese y nunca mas las olvidase...


(un muy antiguo recuerdo, de otros viajes)

1 Comments:

Blogger Quiltro said...

Me visitaste, no sé por qué, pero me gustó tu comentario. Y me gusta lo que encuentro aquí. Estás bien lejos oye. Otra patas de perro. Un abrazo desde el lado de acá.

marzo 31, 2006  

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