30 marzo, 2006

Habían gaviotas en el aire...

bajamos de la cima del cerro por la curva del camino, alli llegamos hasta el viejo castillo, la vez anterior estaba totalmente oscuro, esta vez habian luces encendidas y lo sabiamos.

En el techo un gato nos gritaba amistosamente, la ventana estaba abierta, el olor a viejo y humedo era penetrante y envolvente, era una especie de zaguan con una escalera hacia los pisos inferiores, que suponemos habitados.

La luz era tenue, en la pared del fondo colgaban arneses de perro, un reloj con forma de buho sin manecillas, dos espejos y una antigua foto de una joven pareja vestidos de novios.

Nos acercamos más, casi al pie de la ventana habia una planta, frente a ella una pequeña mesa con un trozo de hule por mantel, sobre ella y puestas de tal manera que las pudiese ver quien se asomase, habían fotos en blanco y negro: parejas, niños, jovencitas, señores solos y familias, no sé si todas estarían relacionadas entre sí o solo las habían reunido para que yo, esa noche, las viese y nunca mas las olvidase...


(un muy antiguo recuerdo, de otros viajes)

Paris

Finies les balades le long du canal
les escaliers des cartes postales
c'est fini, Paris
c'est décidé, je me barre
finis le ciel gris, les matins moroses,
on dit qu'à Toulouse les briques sont roses
oh là-bas, Paris, les briques sont roses


Paris, tu paries, Paris, que je te quitte
que je change de cap, de capitale
Paris, tu paries, Paris, que je te quitte
je te plaque sur tes trottoirs sales


je connais trop ta bouche, bouche de métro
les bateaux mouche et la couleur de l'eau
c'est fini Paris, je les connais trop
ici je m'ennuie, même quand vient la nuit
on dit que Séville s'éveille à minuit
là-bas, Paris, la ville s'éveille à minuit


Paris, tu paries, Paris, que je te quitte
que je change de cap, de capitale
Paris, tu paries, Paris, que je te quitte
je te plaque sur tes trottoirs sales

Paris, tu paries, Paris, que je te quitte
que je change de cap, de capitale
Paris, tu paries, Paris, que je te quitte
je te plaque sur tes trottoirs sales


à Toulouse il a plu, à Séville j'ai trop bu
à Rio j'ai eu le mal du pays
oh pari perdu, je retourne vivre à Paris


Camille

24 marzo, 2006

¿Han visto a Larry?

Pase y escuche

22 marzo, 2006

VUELVO

Con cenizas, con desgarros
con nuestra altiva impaciencia,
con una honesta conciencia,
con enfado, con sospecha,
con activa certidumbre
pongo el pié en mi país,
(pongo el pié en mi país)
y en lugar de sollozar,
de moler mi pena al viento,
abro el ojo y su mirar
y contengo el descontento.


Vuelvo hermoso, vuelvo tierno,
vuelvo con mi espera dura.
Vuelvo con mis armaduras,
con mi espada, mi desvelo,
mi tajante desconsuelo,
mi presagio, mi dulzura.
Vuelvo con mi amor espeso,
vuelvo en alma y vuelvo en hueso
a encontrar la patria pura
al fin del último beso.


Vuelvo al fin sin humillarme,
sin pedir perdón ni olvido.
Nunca el hombre está vencido:
su derrota es siempre breve,
un estímulo que mueve
la vocación de su guerra,
pues la raza que destierra
y la raza que recibe
le dirán al fin que el vive
dolores de toda tierra.

Vuelvo hermoso, vuelvo tierno,
vuelvo con mi espera dura.
Vuelvo con mis armaduras,
con mi espada, mi desvelo,
mi tajante desconsuelo,
mi presagio, mi dulzura.
Vuelvo con mi amor espeso,
vuelvo en alma y vuelvo en hueso
a encontrar la patria pura
al fin del último beso.

Horacio Salinas · Patricio Manns

20 marzo, 2006

A.D.I.D.A.S: Asociación de idiotas dispuestos a superarse



fuente: diccionario de modismos chilenos

13 marzo, 2006

Los Transplantados

La tarde del sábado once de marzo no tuvo ninguna importancia para los parisinos, como todos los sábados, hicieron la fila para entrar al cine o algún otro espectáculo, cenaron en restaurantes y tomaron un poco de aire frío.

Pero París no es solo parisinos, y habían otros seres que por más que lo quisieran no podían pasar tranquilos esta “soirée”. Los “chilenos” (es esta condición lo único en común), más o menos nostálgicamente pensaban en lo que, a la misma hora, pasaba por allá por sus tierras. Contándome yo entre estos personajes, me vi arrastrada a dos eventos que para este día se habían organizado por las comunidades locales de “inmigrantes y ex exiliados”.

A las tres de la tarde viajaba en un tren, rumbo al otro extremo de los suburbios para asistir al primero de estos encuentros, este viaje, al igual que muchos otros cuando de suburbios se trata, fue muy difícil: retraso de los trenes, paradas más que frecuentes, lentitud innata, el bus que no llegaba, el frío que arreciaba malintencionadamente... etc. Aun así, nuestra inocente esperanza no decayó, esperamos lo que había que esperar, caminamos lo que había que caminar, y llegamos. Entonces comenzó realmente el viaje.

Entramos, no en una reunión, ni social, ni política ni cultural, sino en una parte de Chile, la “fea”, la del barrio, la de la cumbia y la comida picante, había una mesa con una familia ebria y ruidosa, niños que gritaban, gente que entraba y salía sin prestar ninguna atención al “espectáculo”, bailarines que no bailaban, largos e infructuosos discursos y un poeta enamorado del hecho de ser poeta (y con cuatro libros publicados), todo esto en un local que le terminaba de crear el ambiente de “kermesse de club deportivo”.

Bastará decir que salimos muy pronto de ahí, más que por voluntad propia, por obligación, era una prueba para los nervios y la paciencia que no era el lugar ni el momento de enfrentar. La decepción nos llenó, las filas mermaron, el frío era el mismo, pero aún así decidimos trasladarnos a la reunión número dos.

En pleno centro de París, quartier Bastille, el centro del carrete nocturno parisino, en una sala a la altura del ambiente, nos esperaba la otra parte de Chile: la gente linda, los del colegio privado, los que se conocen de toda la vida, los que están acá porque han elegido estarlo, los cultos, los artistas...

El espectáculo: uno de los grupos más prestigiosos del país, jóvenes actores que se integran a la “comunidad” y... el mismo poeta de la otra reunión, claro que con una chaqueta adecuada y más peinado, ¡como no!.

(epílogo... La sensación de no pertenencia es casi la misma, que antes. Los unos y los otros se ignoran, se desconocen, se miran con recelo cuando se cruzan en el camino, y yo, yo me quedo en la orilla y los miro pasar.)

02 marzo, 2006

Su silueta se diluye