11 marzo, 2007

Déjenlos crecer

Francia, como casi todos los países del "mundo desarrollado" vive una crisis económica importante, la tasa de crecimiento no sale de su estanco y las tasas de desempleo tampoco. En este contexto, una tendencia común en estos casos, es buscar a alguien para echarle la culpa, y, que mejor que alguien que viene de fuera... léase, extranjero inmigrante, y mejor aún: extranjero, inmigrante e ilegal.
Los países europeos buscan solucionar el problema, las medidas políticas van, desde la aceptación y "regularización" de los inmigrantes ya establecidos, hasta la simple expulsión, sin importar las condiciones.
La "condición" más dolorosa, son los niños. En Julio 2006, hubo un llamado a la regularización, las familias con hijos, tenían derecho a “intentar” ser regularizados. Para ello debía cumplir con una serie de criterios como que los niños estuviesen escolarizados en Francia, nacimiento o residencia habitual del hijo en el país, voluntad de integración, y otros. Con la esperanza de lograr el ansiado permiso, 30.000 familias se inscribieron para que su situación fuese revisada, solo 6.000 (sí, 6000) lograron la regularización, a pesar de que la cantidad de casos que cumplían los criterios era enormemente superior. ¿qué queda para los otros?, sus datos en manos de los organismos de estado, los mismos que tienen la misión de dictar las ordenes de expulsión.

Pero no todos son así por acá, si bien hay odios contra los inmigrantes y políticos que se aprovechan de ello, también hay una importante red de apoyo, de franceses de esos que no se han olvidado del “liberté, egalité, fraternité”. Para muestra, aquí un texto preparado por los mismos niños, que sufren esta situación, y un video de la agrupación de “Cineastas por los sans papiers”.





Nosotros somos los hijos de los “sin papeles”.
Un “sin papeles”, es alguien que no tiene permiso de residencia,
incluso si está en Francia desde hace largo tiempo.

Como muchos de ustedes, nuestros padres vienen del exterior.
Ellos se escaparon de la violencia, de la miseria.
Ellos vinieron para trabajar y darnos una vida mejor.
Algunos de nosotros nacimos aquí.
Con o si papeles, Francia es nuestro país.

Vivimos en hoteles, departamentos, cuartos, en donde nos amontonamos.
Todos los días, tenemos miedo.
Tenemos miedo de que nuestros padres sean arrestados por la policía
cuando van a trabajar, cuando se suben al metro.
Tenemos miedo de que los lleven a prisión, y que nuestras familias sean separadas.
Y que nos manden de vuelta a países que no conocemos.
Pensamos en ello todo el tiempo,
En la escuela también.

¿Es normal tener miedo cuando uno va al colegio?

¿Es normal tener miedo cuando uno va al colegio?


Este verano, nuestros padres y nosotros, tuvimos una esperanza de tener al fin los papeles.
Reunimos nuestros antecedentes,
pasamos días y noches haciendo colas ante las prefecturas.
Dejamos nuestras inscripciones en las oficinas.
Creímos que seriamos regularizados, que la pesadilla al fin terminaría.
Cumplíamos con todos los criterios, pero nos dijeron que no.

Nosotros fuimos a rostro descubierto, dimos nuestros nombres, nuestras direcciones.
Aquellos que obtuvieron sus papeles, tenían los mismos antecedentes que nosotros.
Sin embargo, nos dijeron que no.
Arbitrariamente

Ahora, estamos en peligro, y debemos escondernos.
¿Porqué esta injusticia?

No queremos seguir viviendo con miedo.
Queremos que Francia nos adopte.
Queremos ser regularizados.
Déjennos crecer aquí.

Déjennos crecer aquí.

2 Comments:

Blogger Chepita Monroe said...

hola hola!!!
cómo va Francia?
Acá Chile y sus locuras, la última: el Transantiago.
A mi me parece anécdotico.
Y como va todo por allá?
Bueno, quizás me encuentre con Bianca pa la semana santa, pues me autoinvité a Temuco.
¡¡Y me dijo que bueno!!
Comunícate.
Carola

marzo 26, 2007  
Blogger InLimbo said...

querida gabi!
es invierno, casi, es otoño pero se siente invernal aunque extraño la lluvia. lo esperé mucho, y ahora que llega, lo abrazo.

marzo 30, 2007  

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